Arquitectura Popular

PLAZAS

Las plazas se conciben como espacios públicos y ludicos y son uno de los más importantes elementos del urbanismo. Embellecen el municipio y son un punto de referencia para el trazado de calles, reflejan el poder civil y religioso; son escenarios de fiestas y representaciones sociales o lugares de reposo y sosiego para vecinos y amigos.

La plaza más destacada de la Villa de Macael es la de la Constitución. Construida en 1980, se sitúa el centro del pueblo, como eje coordinador de colectiva del municipio. Su estructura angular y su pavimentación en mármol blanco y gris le dan un aspecto de grandiosidad y belleza. Resaltan las diversas casas señoriales de principios siglo entre las que destaca el Ayuntamiento viejo, recien restaurado, con su escudo nobiliario en la fachada principal.

En el centro , rompiendo la simetría de la plaza, fuente, de original diseño hexagonal, que pretende ser una exaltación al desnudo femenino, obra del entonces taller de artesanía Hijos de José Sabiote Navarro.

Desde un rincón, la esbelta torre Mudéjar del siglo II, parece custodiar el entorno de este singular espacio.

Otras plazas del municipio: plaza Almería y plaza de la juventud en la calle García Lorca; plaza Almanzora en Avda. de Ronda, y complejo cruz de mayo, dotadas todas ellas de esculturas en mármol premiadas en las diferentes ediciones del premio de escultura que convoca el Patronato Municipal de Cultura todos los años.

 

CALLES Y PORCHES

Las calles dan identidad a un pueblo, por ellas fluyen transeúntes y son un devenir de gentes que pasan sin prestar demasiada atención a sus rincones más significativos.

Así, en sus barrios más ancestrales se encuentran pequeños porches y callejones estrechos y sinuosos; recordándonos que un pueblo, los musulmanes, pasaron por aquí.

La más antigua y típica es la calle Porche que conserva su cubierta original de pizarra, soportada por maderos de pino carrasco. El más utilizado y largo es el porche de la calle Picasso, cubierto con bóveda de medio cañón, que da acceso al Ayuntamiento. Y el más recóndito y el que pasa más desapercibido para la mayoría, es el porche de la calle Ejido. Bello ejemplo de conservación del patrimonio cultural de nuestros antepasados.

Sus barrios más originales y estéticos son el del Castillo y el barrio El Collado, convertidos en la actualidad en arrabales y vistosos intransitables en coche.

De época más reciente es la calle Mario Palma, que con sus 94 peldaños se ha convertido en todo un símbolo de Macael. Vista desde debajo de la impresión de confundirse con el cielo por el desnivel que salva. Sus vecinos, día a día cuidan de sus numerosas macetas. Sus casas, de dos plantas, escalonadas a ambos lados de la calle, resplandecen con la cal de sus fachadas en armonía con la forja de su balaustrada y el gris de sus escalones.

 

CASAS SEÑORIALES

Las casas señoriales denotan la riqueza y el poder de sus constructores. No existen demasiadas muestras por ser Macael un pueblo eminentemente minero y lo que predomina es la arquitectura popular con casas de doble planta, cubierta plana y escalonadas para aprovechar la pendiente del terreno.

En la zona más antigua, una de las más conocidas es la casa de D. Juan Rubio Ortiz, construida en los años treinta, en la calle Huertos. Fue diseñada por su propietario y se caracteriza por su construcción en piedra de sillería, ventanas de estilo gótico con arcos ojivales y frisos en puertas y ventanas. Cabe destacar de su interior los cuadros pintados por su dueño, su amplio despacho, la biblioteca con 6.000 volúmenes y un retrato de D. Santiago Ramón y Cajal con dedicatoria y firma, fechado en 1.922.

Otros ejemplos de casas señoriales los encontramos en la Plaza de la Constitución y sus alrededores.